¿La historia tiene fecha de caducidad?

 Desde hace como dos semanas el flautista Horacio Franco está proponiendo que le cambien el nombre a la calle Isabel la Católica, supuestamente porque es otro símbolo del genocidio que sufrieron nuestros pueblos originarios. 

Ese tema ya está muy comentado: al respecto diré que la reina española es también nuestro antepasado y que una historia que elimina unos aspectos para enaltecer otros es falsa y sólo busca corromper al presente.

Lo que me interesa comentar hoy es algo que le dijo Franco a una amiga tuitera: "Isabel  la Católica ya no tiene nada que ver con la historia contemporánea mexicana" 

¿En qué momento un personaje histórico "caduca" y deja de ser importante para el presente?

No es la primera vez que escucho decir eso. Hace unos años tuve una discusión con alguien que hoy dirige un muy importante periódico de la ciudad de de México porque, según él, Vicente Guerrero ya no tiene nada que decirle a los mexicanos. 

Esa forma de pensar está relacionada también con la idea de que entre el pasado y el presente no hay ninguna relación. El presente se explica a sí mismo y el pasado es un mero catálogo de hechos que, a lo más, produce un "gozo estético" examinarlo.

En realidad no es así. El pasado y la historia son complejos porque nunca dejan de influir en el presente. Cada vez que nuestro tiempo se encuentra en una crisis (o sea, siempre), lo primero que hace es revisar el pasado para entender cómo surgió ese problema, de qué manera fue cambiando con el paso del tiempo y de qué forma podría solucionarse, aplicando o no las estrategias que se usaron antes. 

Como dijo Benedetto Croce: "Por remotos o  remotísimos que parezcan cronológicamente los hechos que entran en ella, en realidad, la historia siempre se refiere a las necesidades  y situaciones del  presente. Toda historia es por tanto historia contemporánea".

No se trata de si Vicente Guerrero o Isabel la Católica tienen algo que decirle a los mexicanos del siglo XXI; sino de cuáles son nuestros problemas y con base en ellos qué preguntas le hacemos a esos personajes y a todo el pasado.

Cuando vemos la historia desde el presente, el pasado siempre tendrá algo que ver con nosotros sin importar qué tan remoto sea.

Un ejemplo al respecto: hace dos días la revista Nature publicó que un grupo de científicos, los cuales analizaron los anillos del tronco de un árbol ubicado en la zona de Terranova en Canadá, determinaron que en ese sitio existió una colonia de vikingos, alrededor del año 1021 d.C.; 471 años antes de que Cristóbal Colón llegara al Caribe y transformara la historia mundial.

¿Esos vikingos ya no tenían nada que decirle al presente? más bien nuestro tiempo tuvo la capacidad de hacerle nuevas preguntas al pasado y además tiene los adelantos científicos necesarios para hacer esas preguntas. En este momento que, volviendo a Horacio Franco, está de moda la historia que no le concede ningún mérito al Descubrimiento de América y sólo lo considera un genocidio, la existencia de una colonia vikinga en Canadá hace mil años tiene una importancia hasta política. 

La historia siempre es importante y siempre tiene algo que decirle al presente. Sólo es cuestión de saber qué preguntarle.

Y estoy absolutamente en contra de que le cambien el nombre a la calle de Isabel la Católica. 

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