Entradas

Mostrando las entradas de 2011

"...y si así no lo hiciere, que la nación me lo demande"

Imagen
Para el ciudadano promedio, las elecciones no sirven. "Todo ha sido arreglado desde arriba -es la opinión más común- y votar es una pérdida de tiempo". Durante el transcurso de la historia mexicana la idea anterior ha marcado nuestra cultura política. Y sin embargo, en este país siempre ha habido elecciones. ¿Han servido sólo para legitimar la llegada al poder de algún grupo político? ¿Son un ensayo para la democracia en la que viviremos algún día? ¿Para qué han servido las elecciones? 2012 es año de relevo presidencial. Nuevamente iremos a las urnas para escoger al próximo jefe del Ejecutivo. No serán unas elecciones sencillas. Además del miedo provocado por la violencia que nos rodea, el fantasma de la crisis electoral de 2006 aparece en el horizonte. El momento más delicado en la vida de una democracia es aquel en el que hay que elegir a un nuevo gobernante, ya que mútiples poderes se desatan buscando ampliar su influencia sobre la sociedad. Para tener una idea más c

Lo que aprendí viendo "El encanto del águila"

Imagen
Los revolucionarios siempre son buenos y puros. Los gobiernos siempre son malos y tiranos. Los revolucionarios que alcanzan el poder siempre se convierten en aquello contra lo cual pelearon. Porfirio Díaz era un señor muy malo que sólo quería el poder. Francisco I. Madero era un chaparrito muy noble que sólo quería la paz. Francisco Villa y Pascual Orozco fueron generales instantáneos, por designio televisivo. Victoriano Huerta siempre tenía la cara fruncida. El presidente Woodrow Wilson tenía una oficina muy rascuache. Venustiano Carranza sólo quería el poder. Alvaro Obregón era un gordito manco muy sonriente que sólo quería el poder. Francisco Villa era un pelao del norte muy carismático que sólo quería el poder. Emiliano Zapata era un ranchero de Morelos que nunca salió de allí. Plutarco Elías Calles tenía la cara paralizada. Lázaro Cárdenas era un señor que sólo apareció en una escena de nuestra historia. Ya no son necesarios los libros de historia. Lo de hoy es "la píldora&q

La Cartilla Moral y López Obrador

Imagen
Andrés Manuel López Obrador volverá a ser candidato a la presidencia por una "izquierda unida" en las elecciones de 2012. Eso todo mundo lo sabe, y lo daba por hecho desde 2006. Lo interesante del caso (por ahora) es que, durante la ya famosa entrevista con Joaquín López Dóriga , el Peje le dijo que, para lograr la regeneración del país, impulsará la lectura y puesta en práctica de un viejo librito que había dormido el sueño de l os justos. Ese libro es la Cartilla Moral , un pequeñísimo texto escrito por Alfonso Reyes en 1944, a petición del entonces secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet. La edición que yo tengo es de 1994, cuando Alianza Editorial y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes lanzaron una preciosa y mínima colección llamada Alianza Cien. Le digo mínima, porque cada ejemplar mide menos de 20 cms. Son auténticos libros de bolsillo, muy baratos, que en ese entonces se vendían en los puestos de periódicos (¡cómo ha pasado el tiempo!) En fin,

Una visita al sexenio del villano favorito

Imagen
A pesar de todo lo que hagan, nuestros presidentes son recordados por pocas cosas, a veces sólo por una. Lázaro Cárdenas por la nacionalización del petróleo; Manuel Avila Camacho por la Segunda Guerra Mundial; Miguel Alemán por la modernización del país; Ruiz Cortines y López Mateos por...(¡eso lo dejaremos para otro post!) Echeverría y sus guayaberas; López Portillo y su llanto al final del sexenio; De la Madrid y el sismo; Salinas, por Colosio; Zedillo por la crisis; Fox por sus botas y Calderón por sus muertos. En ese grupo también está Gustavo Díaz Ordaz. A él lo recordamos por una sola cosa: Tlatelolco. La balacera ocurrida en la Plaza de las Tres Culturas el dos de octubre de 1968 eclipsa cualquier otro recuerdo que tengamos de ese sexenio. Hasta la memoria que tenemos sobre la Olimpiada de ese año está marcada por el movimiento estudiantil y su trágico final. Creo que un poco de historia no le cae mal a nadie. Deberíamos esforzarnos por conocer más nuestro pasado. Tal vez eso no

Algo va mal

Imagen
"Hay algo profundamente erróneo en la forma en que vivimos hoy. Durante treinta años hemos hecho una virtud de la búsqueda del beneficio material: de hecho, esta búsqueda es todo lo que queda de nuestro sentido de un propósito colectivo" Con esas palabras comienza el último libro que escribió un gran historiador británico: Tony Judt . Normalmente se aconseja a los historiadores no vincularse con la política y retraerse al "tranquilo" mundo del pasado, pero son legión los clionautas que no siguen esa conseja. Para muchos historiadores es imposible entender lo que ocurrió ayer si no reflexionan largamente sobre lo que está pasando hoy. Ese es el caso de "Algo va mal" . El título no deja indiferente a su lector: desde hace muchos años algo va espantosamente mal. Por una parte vivimos la era con mayor riqueza en la historia humana, pero al mismo tiempo el desequilibrio entre pobres y ricos es brutal. Nos hemos convertido en una sociedad a la que sólo le int

Memento Mori (con los tenis pa´delante)

Imagen
Para Papá. Todos moriremos. No hay forma de evitarlo. Es lo único seguro que tenemos en la vida (por lo menos, los mexicanos. Ya que en otras culturas también creen en la inevitabilidad de pagar impuestos). Ante la certeza de que tarde o temprano saldremos de ese mundo, los seres humanos hemos creado una serie de rituales para lidiar con la muerte, ya sea que al fin doña Catrina decidió venir por nosotros, o que sólo la veamos pasar a nuestro lado, por ahora. Todas las culturas tienen rituales funerarios. Algunos muy simples, otros muy complejos. Todos tenemos la necesidad de encontrar un sentido cuando perdemos a alguien que quisimos mucho. En el caso mexicano, nuestras tradiciones están empapadas por el catolicismo y también por las tendencias de cada época. Recuerdo el asombro que sentí al saber que hay funerarias que cuentan con "Business center" y conexión a internet. Eso de hacer negocios mientras cafeteas a tu mamá puede parecer repulsivo, pero no creo que sea raro. ¿C

Carlos Castaneda: vendiendo una realidad aparte

Imagen
Hace unos días, encontré una noticia que llamó mi atención: resulta que Aerin Alexander, supuesta nieta de Carlos Castaneda, demandó a la organización que su abuelo fundó, Cleargreen, por impedirle enseñar las técnicas chamánicas que aquel dejó en sus libros. Alexander dice que esos ejercicios -llamados Tensegridad- no pueden tener derechos de autor puesto que pertenecen a una cultura antiquísima, los toltecas, y por ello no hay nada que le impida difundirlos libremente; además de que ella los recibió directamente de su abuelo. Esa noticia me regresó a mi pasado. Creo que nunca se los he contado, pero yo vengo de una familia "excéntrica", donde lo esotérico y lo alternativo eran temas comunes. Yo crecí rodeado de libros de yoga, meditación, budismo, masonería, rosacrucismo, cabalá, y temas parecidos. En la nada breve biblioteca de mi casa había espacio para todo eso y mucho más; y desde niño conocí las obras de Carlos Castaneda. Debo haber tenido como doce años cuando le

Miguel Angel Granados Chapa y sus recuerdos de Excélsior.

Imagen
En octubre de 2006, yo corría de un lado para otro intentando terminar mi tesis doctoral, la cual trata sobre la historia del periódico Excélsior . Mi interés estaba en contar la historia de la empresa más que la del diario en sí, por lo que necesitaba conocer lo más posible el funcionamiento de esa compañía. Para lograrlo, tuve que entrevistar a diversas personas que trabajaron en Excélsior , y uno de ellos fue Miguel Angel Granados Chapa. No fue fácil encontrarlo. El maestro Granados era una persona muy ocupada. Luego de varios intentos, pude al fin "cazarlo" en el Club de Periodistas de México, a dónde él había acudido para presentar la nueva edición de Los Periodistas , la novela-reportaje con la que Vicente Leñero estableció la "versión canónica" de lo ocurrido en Excélsior durante la dirección de Julio Scherer. Recuerdo que el maestro hizo carcajear al público presente, al decirle que el edificio de Excélsior de Reforma 12 se estaba ladeando hacia la derecha

El ejército norteamericano en México.

Imagen
Tiempo es ya, mi querido lector, de darte a conocer la vida y costumbres de los invasores, mas para ello es preciso considerar a éstos en dos grupos: el de los jefes, oficiales y soldados del ejército regular, y el de los oficiales y soldados voluntarios. En primer grupo encontrábanse individuos que por su comportamiento en la guerra y el que observaron durante su estancia en la Capital demostraron su buena instrucción militar y, sobre todo, educación, contándose entre ellos jefes de alta graduación y muchos subalternos que, por sus méritos, obtuvieron más tarde en su nación, grandes honores y las más altas dignidades... Notáronse como bien organizados los cuerpos de rifleros y los de artillería, dignos propiamente del ejército de una nación civilizada, por lo que hago de ellos, como de los oficiales a que me he referido, la mención que en mis apreciaciones creo justa. A estas cualidades se contraponían las de los oficiales voluntarios, pues muchos fueron los que se confundieron por su

En la opinión de Don Porfirio...

Imagen
¿Qué pensaba Porfirio Díaz de sus gobernados? dicen que a veces un sólo gesto pinta de cuerpo entero a una persona. Veamos dos comentarios hechos por el general sobre el pueblo que lo siguió como su caudillo hasta 1911. El primer comentario se lo hizo a Francisco Bulnes: "Los mexicanos están contentos con comer desordenadamente antojitos, levantarse tarde, ser empleados públicos con padrinos de influencia, asistir a su trabajo sin puntualidad, enfermarse con frecuencia y obtener licencias con goce de sueldo, no faltar a las corridas de toros, divertirse sin cesar, tener la decoración de las instituciones mejor que las instituciones sin decoración, casarse muy jóvenes y tener hijos a pasto, gastar más de lo que ganan y endrogarse con los usureros para hacer 'posadas' y fiestas onomásticas. Los padres de familia que tienen muchos hijos son los más fieles servidores del gobierno, por su miedo a la miseria; a eso es a lo que tienen miedo los mexicanos de las clases directivas:

"México independiente: 30 años de crisis para construir una nación (1824-1854)"

Imagen
En 1824, México estuvo a punto de desaparecer. Luego del fracaso del proyecto imperial, varias provincias pensaron seriamente en la posibilidad de convertirse en naciones independientes. Fue a través de una ardua negociación que México pudo sobrevivir en lugar de seguir el camino de los países centroamericanos. Sin embargo, ese fue sólo el inicio de tres décadas en las que la existencia nacional pendió de un hilo, entre los anhelos separatistas, la debilidad de los gobiernos centrales y las ambiciones territoriales de otros países. Entre 1824 y 1854, una generación que nació y murió en dos países y un mismo territorio vio cómo el sueño de construir la mayor potencia del planeta era destruido por ellos mismos, debido a sus limitaciones y también a sus ambiciones personales. México vivía en un limbo, entre las tradiciones políticas virreinales que se negaban a morir y las nuevas prácticas republicanas que aún no existían del todo. El resultado fue una época de caos, en donde,

La Independencia en 27 fáciles lecciones

Imagen
Estoy seguro de que ya estás listo (o lista) para celebrar el aniversario 201 del inicio de la Revolución de Independencia. Las cervezas y otras bebidas alcohólicas estarán en su punto, las tostadas de pata, los pambazos, los sopes, el pozole y otros guisos ya esperan a tus invitados, tienes en tu iPod la música perfecta para acompañar la fiesta (desde el Huapango de Moncayo hasta el "Mariachi loco") y tienes un montón de banderas, serpentinas, cornetas, huevos con confeti, sombreros y hasta bigotes para gritar como enajenado(a) cuando transmitan la ceremonia del grito. Sin embargo, y antes de que los excesos lo impidan, revisemos brevemente de qué se trató eso llamado Guerra de Independencia. Por lo menos para que tengas más claro por qué debemos rendir homenaje a esos héroes que ofrendaron su vida para que tengamos puentes. 1. entre 1521 y 1821 este país se llamó "Reino de la Nueva España" y formaba parte de una misma nación con la península hispanica. O sea, todo

Gustavo, el malo; era muy malo...

Imagen
Entre muchas otras linduras, nuestra clase política es ágrafa. No les gusta leer (aunque siempre presuman de que "están releyendo el Quijote") y mucho menos escriben sus memorias. Es una lástima, ya que, a pesar de que tenemos las biografías políticas de José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Jesús Silva Herzog y muchos otros, nuestro panorama biográfico está muy incompleto. Nos falta, por mencionar un sólo ejemplo, una gran biografía sobre Adolfo López Mateos, que nos explique si es verdad que era guatemalteco y que nunca se tituló como licenciado en derecho. Por otro lado, si los políticos no escriben sus memorias, los historiadores hemos despreciado el género biográfico durante varias décadas. Los "hijos de Clío" (no es una cantina) hemos sido educados para enfocarnos en estudios de caso, y eso de investigar la vida de una persona nos parece muy "positivista", algo que, creo, es un error. Yo les confieso que espero algú

Sol de Monterrey...

Imagen
No cabe duda: de niño a mí me seguía el sol. Andaba detrás de mí como perrito faldero; despeinado y dulce, claro y amarillo: ese sol con sueño que sigue a los niños. Saltaba de patio en patio, se revolcaba en mi alcoba. Aun creo que algunas veces lo espantaban con la escoba. Y a la mañana siguiente, ya estaba otra vez conmigo, despeinado y dulce, claro y amarillo: ese sol con sueño que sigue a los niños. (El fuego de mayo me armó caballero: yo era el Niño Andante y el sol, mi escudero.) Todo el cielo era de añil; toda la casa, de oro. ¡Cuánto sol se me metía por los ojos! Más adentro de la frente, a donde quiera que voy, aunque haya nubes cerradas, ¡oh, cuánto me pesa el sol! ¡Oh, cuándo me duele, adentro, esa cisterna de sol que viaja conmigo! Yo no conocí en mi infancia sombra, sino resolana- Cada ventana era sol, cada cuarto eran ventanas. Los corredores tendían arcos de luz por la casa. En los árboles ardían las ascuas de naranjas