"Ya sabeis el modo de ser libres..."
En 1820, el Virreinato de la Nueva España pasaba por malos momentos. La guerra iniciada por Miguel Hidalgo diez años antes había destrozado la economía, vuelto inseguros los caminos, y acendrado los odios entre los habitantes de este país. A pesar de que desde 1815, con el fusilamiento de José María Morelos, las acciones insurgentes se habían concentrado en el sur del país, entre los novohispanos había hartazgo por una guerra que parecía no tener fin. Si México pasaba por problemas, España no estaba mejor. Una revuelta militar había obligado a Fernando VII a reunir a las Cortes para reinstalar la Constitución que habían jurado en la ciudad de Cadiz en 1812; un documento explosivo y trascendental para la historia de España, ya que a partir de entonces la península entraba a la modernidad al permitir la libertad de prensa y limitar el papel de la iglesia Católica en la sociedad española. El ala militar, que en España reinstauró la Constitución de Cadiz, también era fuerte en México. Lue