"Fatty" Arbuckle, cuando la prensa se convirtió en juez.


Cuando pensamos en las grandes estrellas de la comedia cinematográfica, de inmediato recordamos a Charlie Chaplin, Harold Lloyd, Buster Keaton y Laurel & Hardy. A más de cien años de su filmación, esas películas todavía pueden hacernos reír por su ingenuidad y belleza. Ahí se inventó el género del pastelazo, el cual ahora vemos en todas partes y ha perdido su encanto original.
Entre todas aquellas estrellas cómicas de los orígenes del cine, hubo uno que fue el más famoso de todos. No fue Chaplin, ni Keaton, ni Lloyd. Era Roscoe "Fatty" Arbuckle, el artista mejor pagado de su tiempo, con un millón de dólares al año. Sin embargo, su recuerdo se ha perdido casi por completo. Desgraciadamente, "Fatty" Arbuckle es recordado ahora por haber sido víctima de un horrible escándalo que acabó con su carrera cinematográfica, que nos demuestra lo peligrosa que puede ser la prensa cuando se conduce buscando únicamente las ganancias económicas, y lo poco que puede valer la honra de una persona cuando organizaciones mayores buscan un chivo expiatorio para lavar sus conciencias.
Roscoe Arbuckle, "Fatty" (o como a él le gustaba llamarse, "The prince of Whales") nació en Kansas en 1887. Desde su infancia se dedicó al espectáculo. Su cara redonda, su gran peso y su habilidad para correr y brincar lo hicieron pronto una estrella del teatro de variedades, lo que le permitió conocer Europa y China. En 1909 apareció por primera vez en el cine, pero fue hasta 1913 cuando alcanzó la fama gracias a la compañía Keystone, propiedad de Mack Sennet.
Fue con Sennet cuando llegó el primer gran triunfo de Arbuckle, vía los Keystone Kops, una serie de cortometrajes cómicos sobre los atolondrados miembros de una estación de policía. De hecho, algunos investigadores aseguran que fue Arbuckle quien creó, mientras trabajaba con los Keystone Kops, el gag más famoso del cine cómico: el pastelazo en la cara.
Mientras trabajaba con Sennet, Arbuckle tuvo la oportunidad de conocer a Charlie Chaplin y de filmar algunos cortometrajes con él. Luego, en 1916, Arbuckle se separó de Sennet para formar su propia compañía: Comique, la cual se fortaleció con la llegada de otro gran cómico de la época y quien fue amigo íntimo de Arbuckle: Buster Keaton.
En diciembre de 1919, llegó otra oportunidad para Arbuckle. Adolph Zukor, fundador de la compañía Paramount le ofreció un contrato por un millón de dólares para que hiciera largometrajes cómicos. Desgraciadamente, Arbuckle perdió el control sobre su trabajo. El contrato le exigía que filmara seis películas al año, lo que hizo que éstas no tuvieran la calidad de sus cortometrajes. Además, el exceso de trabajo hizo que Arbuckle sufriera de agotamiento. Por esa razón, en septiembre de 1921 viajó con unos amigos a San Francisco para divertirse un poco, sin saber que allí comenzaría su declive.
Arbuckle se alojó en el hotel St. Francis, junto con un enorme grupo de amigos y conocidos (muchos de ellos totalmente extraños para Arbuckle, como declaró después). Entre toda esa gente estaba Virginia Rappe, una chica que estaba comenzando su carrera como actriz.
La noche del 5 de septiembre de 1921, Arbuckle y sus amigos estaban disfrutando de una gran fiesta, con mucho whisky, jazz y chicas semidesnudas por todas partes. Poco después surgieron dos versiones sobre lo que ocurrió más tarde. La primera versión dice que Arbuckle, quien estaba cansado, entró a la habitación 1219 para cambiarse de ropa e irse. Allí se encontró a Virginia Rappe tirada en el piso y con fuertes dolores en el vientre. Arbuckle la ayudó a recostarse en una cama y buscó ayuda para la joven, después de lo cual se marchó a Los Angeles. Virginia Rappe fue llevada a un hospital, donde murió cuatro días después debido a una peritonitis.
La segunda versión fue dada a conocer por los diarios sensacionalistas de la época: Arbuckle había invitado a Rappe a la fiesta con la intención de emborracharla y tener sexo con ella. Pero al estar solos no pudo penetrarla, por lo que, borracho y enloquecido, la violó con un objeto (una botella de coca cola, o de champaña, o un pedazo de hielo).
Arbuckle fue arrestado el 11 de septiembre y llevado a juicio mientras los diarios publicaban versiones más grotescas de la historia. La prensa amarillista, (especialmente la de William Randolph Hearst) se había vuelto muy poderosa desde finales del siglo XIX con sus versiones amañadas de los hechos. Los diarios de Hearst presentaron a Arbuckle como un pervertido al que le encantaba el sexo en grupo y emborracharse hasta perder el sentido, y escucharon con atención a una mujer llamada Maude Delmont, la cual era famosa en San Francisco por conseguir chicas de alterne que luego alegaban que habían sido violadas por sus acompañantes, quienes soltaban grandes cantidades de dinero para salvarse del escándalo.
Delmont llevó a Rappe a la fiesta, aunque la segunda estaba enferma de la peritonitis que al final la mató. Cuando Arbuckle dejó el hotel, Delmont buscó a Mathew Brady, fiscal de San Francisco para acusar a "Fatty" de violación e intento de asesinato. Para esa época, en la ciudad de San Francisco había un creciente enojo contra Hollywood y sus estrellas de cine, las cuales habían protagonizado varios escándalos que ofendían a las puritanas conciencias de los lugareños.
Brady consideró que podía usar el caso Arbuckle para impulsar su carrera política, aunque muy pronto se dio cuenta de que Delmont estaba mintiendo. Sin embargo, Arbuckle tuvo que enfrentar tres juicios, hasta que en abril de 1922 un jurado dictaminó que "Fatty" era totalmente inocente.
Desgraciadamente, el veredicto del jurado no pudo hacer nada contra la mala imagen que los periódicos le habían creado a Arbuckle. Preocupados por la pésima reputación de sus estrellas, los dueños de los estudios cinematográficos contrataron a un político llamado William Hays, para que hiciera "una serie de recomendaciones" que mejoraran la percepción popular hacia la industria del cine; y Hays les recomendó que todas las películas y menciones sobre Roscoe Arbuckle fueran eliminadas y que no lo contrataran durante algún tiempo.
"Fatty" se quedó sin trabajo durante diez años a pesar de que era inocente, y perdió toda su fortuna pagando a los abogados que lo habían salvado de terminar sus días en la cárcel. Buster Keaton y otros amigos le dieron trabajo como director y guionista de varias películas (para lo cual se cambió el nombre por el de William Goodrich), pero su gran pasión en la vida, la actuación, se había acabado para siempre.Una década más tarde, la compañia Warner Brothers le ofreció un contrato para volver al cine, pero el destino le jugó otra mala pasada: un infarto terminó con sus días, el 29 de junio de 1933.
Arbuckle demostró su inocencia ante la ley, pero no pudo defenderse ante la prensa, la cual puede ser temible cuando olvida su compromiso con la sociedad y se dedica a destruir reputaciones con la intención de hacerse más rica y poderosa
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