Tres notas rápidas

Abascal
Carlos Abascal Carranza falleció luego de una larga lucha contra el cáncer. Abogado egresado de la Escuela Libre de Derecho e hijo de uno de los fundadores del Sinarquismo, Abascal siempre defendió su derecho a profesar abiertamente su fé católica y al mismo tiempo ser funcionario de un Estado laico. Se hizo muy famoso a principios del sexenio pasado, cuando una maestra de escuela le puso a su hija como tarea que leyera Aura, lo que para Abascal era inconveniente, lo que a la larga ocasionó que la maestra fuera despedida de la escuela. También se le recuerda por su intento infructuoso de negociar para que Vicente Fox pudiera dar su último informe de gobierno en 2006, algo que los diputados del Frente Amplio Progresista impidieron.
Días antes de su muerte, Abascal recibió el doctorado honoris causa por la Universidad Anáhuac, en una ceremonia que fue más un último homenaje por parte del PAN y de gran parte del ala de extrema derecha católica que existe en México.
Sin embargo, el recuerdo de Abascal va más allá del catolicismo recalcitrante; en él convivieron la firme convicción de que tenía que cumplir con lo que su fé le ordenaba con la obligación de desempeñar su cargo como secretario de gobernación de un país que avanza rápidamente hacia la laicización de su sociedad, por lo que no acepta como antes que le impongan ideas provenientes de una creencia religiosa.
Abascal es un personaje que está a la búsqueda de un biografo que nos ayude a comprender a un hombre formado en la más estricta tradición católica, anclado en los tiempos inciertos para la espiritualidad eclesiástica en los que vivimos.

2 de Octubre.
Como punto final a las conmemoraciones por los 40 años del movimiento estudiantil, el Senado de la República aprobó que a partir del próximo año el 2 de octubre sea un día de luto nacional, con la bandera a media asta.
Con esa decisión termina de institucionalizarse la historia del movimiento de 1968. Esos jóvenes que fueron masacrados y quienes guardaron y difundieron su memoria de manera paralela a la historia oficial, hoy forman parte de la estructura del poder. Un viejo refrán dice que la historia la escriben los vencedores, pero lo que no señala es que esos vencedores no se mantienen por siempre en su puesto.

Calles y los Ferrocarriles
El Archivo Calles Torreblanca acaba de publicar el número 59 de su ya famoso Boletín. En este ejemplar nos ofrece un artículo de Arturo Grunstein sobre la reorganización de los Ferrocarriles Nacionales de México durante la presidencia de Plutarco Elías Calles y el Maximato. Los trenes fueron la gran empresa Porfirista, pero quedaron casi destruidos durante la Revolución. Calles logró negociar con los acreedores extranjeros la deuda económica que el gobierno mexicano había contraído con ellos luego de que los revolucionarios volaron vías y usaron los ferrocarriles para desplazarse por todo el país. Sin embargo, también tuvo que negociar con los trabajadores para que no destruyeran la ya de por sí agonizante empresa con sus huelgas. Ahora que ya no tenemos ferrocarriles, es importante recordar cuando eran el principal medio de transporte y uno de los sostenes de la economía mexicana.

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