¿Teotihuacan, centro del universo, en peligro?
El 25 de septiembre de 2008, el Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio su autorización para que se realice el proyecto Resplandor Teotihuacano, una idea impulsada por la Secretaría de Turismo del Gobierno del Estado de México.
Resplandor Teotihuacano consiste en realizar un espectáculo multimedia nocturno en el sitio arqueológico, con la intención de impulsar el turismo. Y es parte de un proyecto más grande llamado Teotihuacan, Centro del Universo, con el que el Secretario de Turismo Mexiquense, Alfredo del Mazo Maza, quiere revitalizar a la zona. Además del show de luces y sonido, el gobierno mexiquense quiere instalar un tren que recorra los municipios que están alrededor de Teotihuacan, y además rescatará las haciendas y sitios históricos que están por la zona.
Tan sólo Resplandor Teotihuacano costará 95 millones de pesos, algo así como 7 millones de dólares.
Un proyecto como este, salido del gobierno de Enrique Peña Nieto, debería recibirse de forma optimista por los inversionistas turísticos y los arqueólogos que están preocupados por conservar los asentamientos humanos de nuestro pasado.
Sin embargo, cuando los investigadores del INAH expresan públicamente su rechazo a esta empresa, es necesario pensarlo dos veces.
En su página www.investigadoresinah.org.mx, un grupo de trabajadores del instituto señala que el show multimedia es un atentado a Teotihuacan, ya que está destruyendo los edificios.
Tan sólo hay que ver la presentación que contiene esa página: en las pirámides del sol y de la luna los encargados del espectáculo instalaron bases para luces taladrando sobre los edificios, además de que pusieron un montacargas para subir sus artefactos hasta las cimas.
Al mismo tiempo, la instalación de gradas para los miles de personas que se esperan para la inauguración (al parecer será el 29 de enero) lastiman seriamente a Teotihuacan.
Los investigadores enviaron el 9 de diciembre de 2008 una carta al director del INAH, Alfonso de María y Campos, exigiendo la suspensión de la obra, la reparación de los daños causados y que se finquen las responsabilidades de ley necesarias.
Con el 2010 cercano, (y el futurismo presidencialista a todo lo que da), no es raro que nuestros gobiernos se agarren de lo que puedan para patrocinarse.
Así como el Gobierno del Estado de México está dañando Teotihuacan, Marcelo Ebrard puede disponer a su antojo del Zócalo de la Ciudad de México con su pista de hielo, su resbaladilla de nieve y su árbol monumental.
Podrán decir que soy antipriísta (o antiperredista) por mis comentarios, pero cuando un gobierno, sin importar partido, es capaz de dañar nuestro patrimonio cultural con la mera intención de hacer un buen negocio o de "posicionarse" en la próxima carrera presidencial, es necesario expresar nuestro descontento.
Yo también me sumo al enojo de los investigadores del INAH, y espero que el licenciado Alfonso de María y Campos no permita que las presiones políticas acaben con una de las joyas arquitectónicas de nuestro país.
Arno, muchas gracias por publicar la nota. Los mercachifles que dirigen nuestras instituciones y gobiernan a este pobre país no tienen más límites que los que podamos exigir como sociedad organizada. Te mando un abrazo, Elisa
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