Los senadores y su proyecto 2010
Hoy fueron la botana de los periodistas. El periódico Reforma descubrió que en la página del Senado de la República habían puesto un informe sobre los festejos a realizar en 2010, con el nombre de "Comisión Especial Encargada de los Festejos del Centenario de la Independencia y el Bicentenario de la Revolución del Senado de la República"(Sic y Resic, como diría Monsiváis).
Es una lástima que los responsables de este error se dieran cuenta y retiraran la información de la página. Sería chistoso comprobar una vez más la ineptitud de nuestros senadores.
El presidente de la Comisión senatorial, Melquiades Morales, ofreció una disculpa por la equivocación, pero dejó muy claro que ellos no eran unos ignorantes, tan sólo habían tenido un error (como cualquier persona lo puede tener...)
Y bueno, debemos entender que ni el senador Morales, ni la directora técnica de la comisión senatorial, Patricia Galeana, son responsables directos de ese dislate. Ellos no se sientan frente a su computadora para renovar la información de la página.
Sin embargo, y dejando las risas que nos provocan los desgarriates del poder, es interesante aprovechar este incidente para ver de qué manera pretende el Senado de la República participar en los festejos del 2010.
La página del Senado sobre los festejos está dividida en varias partes: primero viene una presentación de los senadores que forman la comisión, luego nos dan información sobre el programa general de actividades a desarrollar de aquí al 2010, hay una zona de documentos en PDF con el críptico nombre de "transparencia" y una página donde aparecen muy brevemente los programas (y los encargados) de los festejos en los estados del país.
Hay una agenda sobre los festejos que se harán en otros países, otra "agenda ciudadana", que supongo que trata de lo mismo pero en la Ciudad de México (digo supongo, porque está en construcción); dos tablas de efemérides ocurridas en 1808 y 1908; otra zona de documentos llamada "cronología americana" y dos páginas llamadas "historiografía de la independencia" e "historiografía de la revolución", que son una mezcla de documentos y pequeños ensayos sobre 1810 y 1910.
Una sección de noticias "200-100" (sic), que tampoco se abre, los boletines de la comisión en PDF, (por si prefieres leerlos en papel) y un apartado para que el ciberlector escriba alguna anécdota revolucionaria, o les dé ideas para que los festejos estén a la altura que todos esperamos (...).
Tiene además dos contadores que nos dicen que hoy, 5 de diciembre de 2008, faltan 649 días para festejar el bicentenario y 715 días para el centenario.
La página principal tiene además una convocatoria para un concurso de ensayo sobre la Independencia y la Revolución (el premio es de 100 mil pesos y tienes hasta el 30 de junio de 2009 para enviarlo; a lo mejor te interesa) y un reproductor de audio con "música para el recuerdo", con canciones prohibidas por la Inquisición, música para piano del siglo XIX y algunas canciones de la Revolución Mexicana.
El Senado tiene muchas actividades a realizar de aquí al 2010, algunas de ellas son: la instauración de las medallas Bicentenario y Centenario, la elaboración de una historia del Senado, un libro de arte sobre los recintos parlamentarios, concursos de reflexión y análisis sobre temas históricos y el devenir de la nación, un foro sobre Las Metas del Milenio, campañas permanentes en los medios de comunicación, una exposición de monedas y billetes, y otras cosas parecidas.
Dice el refrán que el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones; esa es la sensación que queda luego de revisar la página de la comisión del Senado.
Muchos actos cívicos, muchas reediciones, coloquios, exposiciones, foros, programas de radio y televisión, investigaciones...y la sensación de que todo eso simplemente tiene la intención de encontrar una nueva oportunidad para gastarse el presupuesto.
Con esto no quiero decir que estoy en contra de los festejos de 2010. Al contrario, estoy convencido de que necesitamos conmemorar nuestra historia para comprenderla mejor, y también creo que, pese a todo, hay mucho que celebrar.
El problema está en que el programa y la página de la comisión del Senado estan hechas para perpetuar una historia de bronce, sin detenerse por un momento a pensar que entre esa visión del pasado y nuestro presente existe un abismo.
Si no reintegramos el presente a nuestro pasado, sólo repetiremos fechas y nombres que ya no tienen sentido para nuestra sociedad. Es necesaria una actitud distinta ante nuestra historia, que permita que los viejos miembros del panteón nacional vuelvan a significar algo para nosotros. Y no sólo ellos, sino también todos aquellos momentos, trascendentales o aparentemente insignificantes que constituyen nuestra historia nacional.
Más que indignarme por lo que fue un simple error, me preocupa que perdure una visión de la historia que ya no le dice nada a nuestro país. Necesitamos una revolución historiográfica que le vuelva a dar sentido al pasado, para que con él planeemos el futuro que deseamos para México.
No tengo idea de cómo serán los festejos del tricentenario de la Independencia y el Bicentenario de la Revolución en 2110 (¡recontrasic!). Nadie puede saberlo, pero espero fervientemente que en ese año exista todavía mi nación y los mexicanos del futuro tengan mejores motivos que nosotros para festejar. Que eso llegue a ocurrir depende en parte de nosotros, los que seremos su pasado y en este momento vivimos ante la incertidumbre del futuro.
Es una lástima que los responsables de este error se dieran cuenta y retiraran la información de la página. Sería chistoso comprobar una vez más la ineptitud de nuestros senadores.
El presidente de la Comisión senatorial, Melquiades Morales, ofreció una disculpa por la equivocación, pero dejó muy claro que ellos no eran unos ignorantes, tan sólo habían tenido un error (como cualquier persona lo puede tener...)
Y bueno, debemos entender que ni el senador Morales, ni la directora técnica de la comisión senatorial, Patricia Galeana, son responsables directos de ese dislate. Ellos no se sientan frente a su computadora para renovar la información de la página.
Sin embargo, y dejando las risas que nos provocan los desgarriates del poder, es interesante aprovechar este incidente para ver de qué manera pretende el Senado de la República participar en los festejos del 2010.
La página del Senado sobre los festejos está dividida en varias partes: primero viene una presentación de los senadores que forman la comisión, luego nos dan información sobre el programa general de actividades a desarrollar de aquí al 2010, hay una zona de documentos en PDF con el críptico nombre de "transparencia" y una página donde aparecen muy brevemente los programas (y los encargados) de los festejos en los estados del país.
Hay una agenda sobre los festejos que se harán en otros países, otra "agenda ciudadana", que supongo que trata de lo mismo pero en la Ciudad de México (digo supongo, porque está en construcción); dos tablas de efemérides ocurridas en 1808 y 1908; otra zona de documentos llamada "cronología americana" y dos páginas llamadas "historiografía de la independencia" e "historiografía de la revolución", que son una mezcla de documentos y pequeños ensayos sobre 1810 y 1910.
Una sección de noticias "200-100" (sic), que tampoco se abre, los boletines de la comisión en PDF, (por si prefieres leerlos en papel) y un apartado para que el ciberlector escriba alguna anécdota revolucionaria, o les dé ideas para que los festejos estén a la altura que todos esperamos (...).
Tiene además dos contadores que nos dicen que hoy, 5 de diciembre de 2008, faltan 649 días para festejar el bicentenario y 715 días para el centenario.
La página principal tiene además una convocatoria para un concurso de ensayo sobre la Independencia y la Revolución (el premio es de 100 mil pesos y tienes hasta el 30 de junio de 2009 para enviarlo; a lo mejor te interesa) y un reproductor de audio con "música para el recuerdo", con canciones prohibidas por la Inquisición, música para piano del siglo XIX y algunas canciones de la Revolución Mexicana.
El Senado tiene muchas actividades a realizar de aquí al 2010, algunas de ellas son: la instauración de las medallas Bicentenario y Centenario, la elaboración de una historia del Senado, un libro de arte sobre los recintos parlamentarios, concursos de reflexión y análisis sobre temas históricos y el devenir de la nación, un foro sobre Las Metas del Milenio, campañas permanentes en los medios de comunicación, una exposición de monedas y billetes, y otras cosas parecidas.
Dice el refrán que el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones; esa es la sensación que queda luego de revisar la página de la comisión del Senado.
Muchos actos cívicos, muchas reediciones, coloquios, exposiciones, foros, programas de radio y televisión, investigaciones...y la sensación de que todo eso simplemente tiene la intención de encontrar una nueva oportunidad para gastarse el presupuesto.
Con esto no quiero decir que estoy en contra de los festejos de 2010. Al contrario, estoy convencido de que necesitamos conmemorar nuestra historia para comprenderla mejor, y también creo que, pese a todo, hay mucho que celebrar.
El problema está en que el programa y la página de la comisión del Senado estan hechas para perpetuar una historia de bronce, sin detenerse por un momento a pensar que entre esa visión del pasado y nuestro presente existe un abismo.
Si no reintegramos el presente a nuestro pasado, sólo repetiremos fechas y nombres que ya no tienen sentido para nuestra sociedad. Es necesaria una actitud distinta ante nuestra historia, que permita que los viejos miembros del panteón nacional vuelvan a significar algo para nosotros. Y no sólo ellos, sino también todos aquellos momentos, trascendentales o aparentemente insignificantes que constituyen nuestra historia nacional.
Más que indignarme por lo que fue un simple error, me preocupa que perdure una visión de la historia que ya no le dice nada a nuestro país. Necesitamos una revolución historiográfica que le vuelva a dar sentido al pasado, para que con él planeemos el futuro que deseamos para México.
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