Friedrich Katz y la guerra secreta en México.


El sábado anterior, los historiadores mexicanos y todos aquellos que gustan de nuestra historia, recibimos una muy triste noticia: falleció el Dr. Friedrich Katz. Gran conocedor de la historia de México, especialmente de los siglos XIX y XX, el Dr. Katz formó a muchos historiadores mexicanos que comparten con él su pasión por el estudio de nuestro pasado.
El Dr. Katz hizo estudios sobre diversos aspectos de la historia mexicana, como los campesinos, el Porfiriato, las luchas rurales, y quizá su gran obra fue la biografía de Pancho Villa, un material imprescindible para conocer al Centauro del Norte, y que durante muchos años será un referente para las investigaciones que se hagan sobre el Villismo.
En los próximos meses habrá muchos homenajes (muy merecidos) en su memoria. Yo quiero recordarlo comentando uno de sus mejores libros, un texto que nos muestra cómo la historia de nuestro país ha estado influida por acontecimientos ocurridos mucho más allá de nuestras fronteras.
La Guerra Secreta en México fue escrita en los años 80, con base en un estudio anterior hecho por el Dr. Katz sobre la influencia alemana en México durante la Revolución y el Porfiriato. Hasta antes de la publicación de este libro sabíamos muy poco sobre la participación de gobiernos extranjeros en la historia de México durante el siglo XX. Los historiadores mexicanos tenemos la mala costumbre de quedarnos en nuestra parcela y nos cuesta trabajo ver hacia afuera, donde podríamos encontrar aquellas claves que nos faltan para comprender mejor la historia de nuestro país.
La Revolución Mexicana no fue un hecho aislado en la historia mundial. A su alrededor ocurrió otro hecho mucho más importante, que transformo totalmente al planeta: la Primera Guerra Mundial.
Los participantes en este conflicto también se enfrentaron en México, el cual desde entonces se convirtió en un sitio en el que el espionaje mundial tenía gran actividad, aunque para la población mexicana esto pasara inadvertido.
La historia comienza en el Porfiriato, cuando la estabilidad política atrajó inversiones extranjeras. Norteamericanos, ingleses, alemanes y franceses trajeron sus capitales, confiando en que el gobierno de Porfirio Díaz los ayudaría a incrementarlos.
Cuando Díaz se fue y llegó Madero, los gobiernos extranjeros tuvieron miedo de que esas inversiones desaparecieran, por lo que presionaron al nuevo presidente, hasta perderle la confianza. Fue entonces cuando apoyaron el golpe de Estado de 1913, instigado por el embajador de Estados Unidos, Henry Lane Wilson.
Al morir Madero y conforme la guerra en México se recrudeció, estos gobiernos se vieron con el problema de tener que negociar a cada rato con los caudillos triunfadores, en lo que la guerra terminaba y reconstruían al país. Los distintos gobiernos extranjeros apoyaron a un caudillo o a otro para que sus intereses estuvieran seguros.
Sn embargo, al mismo tiempo que hacían ésto en México, las potencias estaban enfrentadas entre sí por la guerra mundial. Eso hizo que México se convirtiera en uno más de los campos de batalla por el control del globo. Un campo en el que las luchas se dieron a través de las presiones diplomáticas y económicas, del chantaje y el soborno a los caudillos, y fundamentalmente a través del espionaje.
Al comenzar la guerra mundial, las potencias aprovecharon los conflictos que tenían sus enemigos en los países que ocupaban para causarles más problemas e impedir que las tropas avanzaran. Alemania apoyó los movimientos nacionalistas que ocurrieron en esa época en Irlanda y en La India para obstaculizar a los británicos, y permitió que Lenin regresara a Rusia, otro enemigo de los alemanes.
Los ingleses, por su parte, fomentaron una rebelión árabe contra los turcos, (que eran aliados de los alemanes), y apoyaron al movimiento nacionalista checo contra el imperio austrohúngaro.
Lo interesante de la guerra secreta que ocurrió en México, es cómo las potencias usaron los conflictos nacionales en su provecho, y al mismo tiempo de qué manera esos caudillos se valieron de la guerra mundial para sostenerse.
Cuando los alemanes intentaron apoyar a Victoriano Huerta con armas (lo que provocó el ataque norteamericano al Puerto de Veracruz en 1914), Carranza protestó alegando que era una afrenta a la soberania nacional, con lo que fortaleció su posición en medio de la guerra civil que México vivía.
Inglaterra tuvo malas relaciones con los carrancistas, por lo que intentó acendrar las divisiones entre México y Estados Unidos, pero ésto sólo logró que la influencia británica en el país descendiera cada vez más.
Estados Unidos salió de la Primera Guerra Mundial convertido en la potencia más importante del planeta, y su influencia también se dejó sentir en México, aunque en los años que siguieron tendría problemas para construir una nueva relación que conviniera a ambos gobiernos.
Inglaterra perdió la influencia que tenía en México, principalmente porque menospreció a los ganadores de la Revolución y creyó que todo se solucionaría con una intervención armada.
El caso más interesante es el de los alemanes. Desde el Porfiriato tuvieron inversiones en México, aunque no del tamaño de los ingleses y norteamericanos. Cuando estalló la guerra en el país, buscó el apoyo de Venustiano Carranza, proponiéndole, entre otras cosas, una alianza militar germano-mexicana, para impedir que Estados Unidos entrara a la guerra en Europa.
Carranza aprovechó el ofrecimiento alemán para presionar a Estados Unidos y de ese modo lograr su reconocimiento. Si bien admiraba a los alemanes, nunca pensó en concretar esa alianza militar, ya que sabía que hubiera sido su fin (y tal vez también el de México). En su lugar utilizó esa propuesta para conseguir lo que realmente quería: el apoyo norteamericano.
El mejor modo de homenajear a un historiador es leyéndolo. De ese modo no podrá irse del todo de nuestras vidas. Lo tendremos presente a través de su lectura y de las nuevas discusiones que pueda propiciar. Por todo lo que nos enseño sobre la historia de nuestro país, muchas gracias, Dr. Katz.

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