Julio Scherer y Excélsior.


(...) Al fallecer Manuel Becerra Acosta en agosto de 1968, su equipo de colaboradores vio ante sí la posibilidad de convertirse en los nuevos directores del diario. Fortalecidos por su triunfo en 1965, y con un programa de acción propositivo en el aspecto periodístico pero conservador en el cooperativista, este grupo impulsó a uno de sus integrantes más destacados para convertirlo en el nuevo Director General. La historia de Excélsior ha estado tremendamente influida por el periodo 1968-1976, pero no tanto por lo que ocurría al interior de la empresa, sino por la leyenda que sus personajes formaron luego de que salieron del periódico. Da la impresión de que Excélsior pasara a un segundo plano, eclipsado por el brillo de este grupo; pero si nos detenemos a observar la maquinaria de la empresa, podemos ver que, a pesar de ser un equipo muy talentoso y con muchos recursos políticos, hacia adentro no gozaban del apoyo de todos los miembros de la Cooperativa, lo que provocó muchos de los problemas que sufrieron, y que fueron una razón fundamental de la ruptura ocurrida en 1976.

La cooperativa se reunió en asamblea general el 28 de agosto de 1968 y se presentaron dos candidatos para ocupar el cargo de director general. El primero era Víctor Velarde, un viejo periodista miembro todavía de esa generación que había trabajado junto a Rafael Alducin. Velarde comenzó su carrera en Excélsior a los 16 años, en 1920, ayudando en el Departamento de Cables del periódico. Tres lustros más tarde ya era jefe de Redacción de Últimas Noticias, donde se distinguió por su capacidad para “cabecear” las notas. Para 1968, Velarde era uno de los miembros más importantes de la cooperativa, y tuvo a su alrededor un pequeño grupo que consideraba que podría ser un muy buen director general.

El segundo candidato llegó al diario décadas después que Velarde, pero conocía la empresa desde abajo, (puesto que, como una constante en el oficio periodístico, empezó como ayudante y recadero) luego pasó varios años obteniendo información de la fuente legislativa y a él le correspondió “cubrir” el gran festejo realizado en 1956 para celebrar las bodas de oro como periodista de Rodrigo de Llano. Durante sus años de formación cultivó la amistad de otros reporteros y cooperativistas, con los que compartía similitudes ideológicas y edades parecidas. Para 1965 ya era subdirector editorial y fue un cercano colaborador de Manuel Becerra Acosta, desde que el viejo periodista tuvo que enfrentarse a quienes deseaban quitarle el puesto de director general y hasta el día de su muerte.

Julio Scherer García y sus compañeros formaban parte de una amplia corriente que había participado en la construcción del nuevo Estado mexicano luego del movimiento armado de 1910, pero que se distinguía por su cuestionamiento ante la forma en que se habían establecido las estructuras de poder en el país. No eran un movimiento organizado, sus integrantes no compartían la misma ideología (como Daniel Cosío Villegas y Vicente Lombardo Toledano, o Jesús Silva Herzog y José Revueltas) ni la misma edad, (Como Carlos Fuentes y Cosío Villegas, por poner un ejemplo) pero en el fondo si había una inquietud común. Desde los años 40, con el fortalecimiento del Estado y la toma del poder por parte de los civiles, el posible final de la Revolución Mexicana se convirtió en un tema importante en el debate político de esos años. Ante un Estado triunfalista que señalaba que la Revolución era un proceso vital y constante que debía protegerse, sus críticos consideraban que el impulso transformador con el que había empezado desapareció luego del sexenio cardenista. La corrupción y la distribución inequitativa de los recursos económicos eran prueba de ello. Para algunos integrantes de esta corriente era necesario reformar al Estado y transformar a la Revolución desde adentro relevando a sus cuadros dirigentes y aplicando un modelo económico que permitiera acabar con la pobreza. Para otros, el sistema político mexicano sólo podía renovarse con una mayor participación de otros personajes que estuvieran fuera de la “familia revolucionaria”, fomentando la vida democrática, defendiendo el voto y acabando con los privilegios construidos durante décadas de gobiernos revolucionarios. Esta tendencia influyó en Scherer y sus colaboradores, como quedó patente en agosto de 1960, cuando Miguel López Azuara, Eduardo Deschamps y el futuro director general estuvieron a punto de ser expulsados de Excélsior por haber firmado una carta abierta solicitando la liberación de un grupo de presos políticos. Los colaboradores de Becerra Acosta fueron tachados de “izquierdistas” por sus enemigos en el interior del diario (aunque no necesariamente lo fueran), y ese epíteto se les quedó durante los años que dirigieron el periódico.

Las elecciones para director de Excélsior en 1968 estuvieron fuertemente determinadas por los acontecimientos vividos al interior del periódico desde la muerte de De Llano y Figueroa. Cinco años después de sus desapariciones, Excélsior seguía sin contar con un acuerdo entre los distintos grupos de poder que permitiera un relevo en los puestos directivos sin necesidad de enfrentamientos, además de que las cicatrices provocadas por el conflicto de 1965 aún no habían cerrado. El gerente general José de Jesús García pidió a los adversarios y sus equipos que se condujeran con cordura y tuvieran presente que una elección conflictiva sólo traería más problemas al periódico. Al mismo tiempo, se aplicaron medidas para garantizar la seguridad del proceso, como foliar las boletas y firmarlas por el presidente y el secretario de la comisión escrutadora en presencia de un notario antes de iniciar la votación (...)

Fragmento de mi artículo "El Olimpo fracturado. La dirección de Julio Scherer García en Excélsior (1968-1976)", que puedes leer en el número de este mes de la revista HISTORIA MEXICANA, editada por el Centro de Estudios Historicos de El Colegio de México.


Comentarios

  1. BUEN FRAGMENTO, MUY ADECUADO PARA ESTOS DIAS EN QUE SCHERER ESTA EN BOCA DE VARIOS PERIODISTAS Q CRITICAN SU FOTO CON EL MAYO...

    FELICIDADES ,X LA PUBLICACION EN HISTORIA MEXICANA!!

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